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El Carnaval de Oruro en Bolivia

Carnaval de Oruro

Cuando hablamos de carnaval la imaginación se nos escapa a los grandes desfiles y sambódromos de Río de Janeiro, o a los espectaculares disfraces y colores de Tenerife, e incluso a las máscaras venecianas y a la picaresca del Carnaval de Cádiz. Pero hay muchos otros carnavales repartidos por el mundo, muchos otros iconos de la diversión y el desenfreno. Me estoy acordando ahora del Carnaval de Notting Hill, o el de Colonia, Barranquilla, etc…

Pero hay muchos otros que por ser menos conocidos no quiere decir que no sean grandes fiestas y tradiciones, ejemplos de una cultura ancestral. El Carnaval de Oruro, en Bolivia, es uno de los máximos exponentes de esto que os contamos. Más de 500.000 personas se congregan en torno a la mayor celebración anual de este país andino.


Un desfile con personajes demoníacos y disfraces de lo más extravagantes en el que pueden participar más de veinte mil bailarines y diez mil músicos. Por algo esta celebración fue declarada por la UNESCO Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

Este año tendrá lugar entre los días 8 y 11 de febrero. Todo comienza el Viernes de Carnaval con el tradicional Convite del Tío y la Challa, para continuar al día siguiente con la Entrada del Carnaval, una peregrinación de los diferentes grupos folklóricos hasta el Santuario del Socavón, y que se ha convertido en la pieza clave de estos carnavales. El domingo, ya en el santuario, se llevan a cabo más bailes y tradiciones en honor a la Virgen.

Esta celebración ha convertido a la ciudad de Oruro en la capital folclórica de Bolivia. Es curioso comprobar cómo aquí se mezclan los aspectos paganos con los religiosos, cuando por regla general el carnaval entronca mucho más con el paganismo. La peregrinación al santuario de la Virgen a rendirle honores es algo que no se ve en ninguno de los principales carnavales del mundo. Es precisamente este carácter lo que lo hace único.

Este detalle, además, también tiene su intríngulis. La Entrada del Carnaval, que se lleva a cabo en honor a la Virgen del Socavón, se representa con la Diablada o danzas de los diablos. Es un espectáculo que supone la lucha del bien y del mal. Los diablos avanzan en dos columnas que simulan los siete pecados capitales. Delante se sitúa el arcángel San Miguel, y tras él Lucifer, la diabla China Supay y Satanás. A partir de aquí comienza el teatrillo, la escenificación entre el bien y el mal.

En todo esto se puede apreciar fácilmente las viejas tradiciones andinas con las cristianas que llegaron con los colonos españoles. La mezcla variopinta dio lugar a estos acontecimientos, y el Carnaval de Oruro es un claro ejemplo de la convivencia de culturas. Sin ir más lejos, a pesar de que una de las piezas centrales del carnaval sea la Virgen del Socavón, también participan pequeños dioses de la mitología indígena.

Lo que sí es cierto es que el colorido y el estruendo en el que se convierte Oruro durante estos días es máximo. La Diablada, la danza primigenia y típica de la fiesta, es seguida por cientos de miles de personas. Las calles principales son un auténtico jolgorio y los grupos folclóricos se afanan en hacer los mejores bailes y llevar a los mejores músicos. Vienen procedentes de numerosos rincones del país, y se pasan prácticamente ensayando durante todo el año para este momento.

El carnaval es la explosión de la alegría y la diversión. Ya sea en Río de Janeiro, en Tenerife, en Cádiz o en Venecia, todos tienen un denominador común. Algo en lo que no se distancia Oruro, la mayor celebración anual de Bolivia.

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